Ir al contenido principal

Tributaria dejaría nuevo damnificado: tarifas de energía.

 

Por: Stiven Vitola Zambrano



Mucho se ha discutido sobre la reforma tributaria pero poco se ha decantado sobre los efectos que tendría en la tarifa en la energía bajo el desatinado anacrónico desestimulo creado para la energía cuya fuente sea el carbón térmico.

Lo desatinado y anacrónico es lo relativo a que esta medida no ha realizado la lectura necesaria ante la situación actual de la crisis energética mundial y se muestra más que todo como una receta al pie de la letra, sin ver las consecuencias en la seguridad energética del país y los nocivos efectos macroecomicos, fiscales y de producción que puedan causar.

Se puede decir que la situación del carbón es paradójica. La crisis energética en Europa –antes de la invasión rusa a Ucrania– había disparado los precios. De hecho, en 2021 el carbón alcanzó máximos históricos de 200 dólares por tonelada, cuando venía de valores cercanos a los 50 dólares. El aumento en la demanda, tras empezar a normalizar las operaciones que se afectaron por la pandemia, exigió una mayor generación de energía y los precios empezaron a subir. Países como Alemania, por el incremento del valor del gas y la escasez de renovables, volvieron a encender plantas térmicas de carbón.

Las decisiones de ir dejando de lado el uso del carbón “no fueron acompañadas en los mismos tiempos con desarrollo tecnológico de las fuentes alternativas de energía para reemplazarlo porque se pensó con el deseo. Se llenó primero el ojo que la barriga. En realidad, el abastecimiento energético no estaba garantizado y no iba a los mismos ritmos ni tiempos y eso terminó evidenciándose en septiembre, octubre y noviembre, cuando el precio del carbón empezó a subir porque Europa no tenía cómo abastecerse en el invierno”, explica Juan Camilo Nariño, presidente de la Asociación Colombiana de Minería (ACM), para quien quedó en evidencia la vulnerabilidad de Europa.

Y ahora, con el conflicto entre Rusia y Ucrania, el escenario se vuelve aún más complejo. Como todos los energéticos, el precio del carbón va al alza y duplicó sus máximos de 2021: en los últimos meses alcanzó a tocar techos de 400 dólares. Toda esta situación de evidente deficiencia en seguridad energética de Europa ha lanzado un efecto inflacionario alto y la gente ya se está quejando.  Por lo que, al ahondar la crisis energética, lo que podemos empezar a ver es que las industrias a ese costo de generación eléctrica no son rentables y empezarán a hacer mantenimientos, lo que significa es que dejan de producir y eso puede llegar a una recesión en Europa.

 

Esta situación no es ajena a Colombia, de hecho, la Asociación Colombiana de Grandes Consumidores de Energía Industriales y Comerciales (Asoenergía) solicitó al anterior gobierno de Iván Duque al principio de este año 2022 a tomar medidas urgentes que permitan el abastecimiento de carbón térmico en el país y evitar escasez en medio del alza de precios, que afecta este sector y la generación de energía para industrias del país.  Y la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg) a través de Alejandro Castañeda, director ejecutivo del gremio– dice que “la situación mundial ha derivado en la insuficiencia de este combustible para las plantas de generación térmica en el país, aumentando sus costos”.

Esta última acotación no se puede mirar como una situación de menor cuantía ,debido que afectará la competitividad de las tarifas eléctricas del mercado en el mediano plazo y los precios de generación en la bolsa de energía,  toda vez que según XM (administrador del mercado mayorista de energía en Colombia) el 76,38 % de la generación de energía en Colombia (160,48 GWh-día) fue producto de recursos renovables, mientras que el 23,62 % restante (49,62 GWh-día) promedio fue de recursos no renovables. Por fuente de energía, en los recursos no renovables el gas fue el mayor aportante con un 51,49 % (25,55 GWh-día), un crecimiento del 17,77 %. Le sigue la generación de energía con carbón, que tuvo una participación del 48,34 % (23,99 GWh-día) y un incremento del 8,69 % con relación a enero. A lo anterior hay que hacer la salvedad que cuando los embalses están bajos por las sequias, Colombia ha recurrido a mayor producción de energía térmica cambiando la proporción de fuentes de energía en 65% renovables y 35% no renovables como ocurrió en el 2012 y el 2019.

 

Por esta razón, ante la insuficiencia de este combustible para las plantas de generación térmica en el país, ha aumentado sus costos, aunque el incremento en las tarifas no se vería en el corto plazo porque actualmente los colombianos están cubiertos con contratos de largo plazo y precios fijos que se negociaron hace un tiempo. El 90 % de la energía que se consume en el país está cubierto por contratos. Pero lo cierto es que afectará la competitividad de las tarifas eléctricas del mercado en el mediano plazo y los precios de generación en la bolsa de energía que se traduce en mayores precios en los recibos de energía del ciudadano colombiano  y de los costos de producción de empresas como ladrilleras, cementeras y papeleras.

 

Pero como dicen en la costa, “ojos llorosos y le echan sal” la reforma tributaria del presidente Gustavo Petro, en el numeral 4.3.2.1 se anuncian Impuestos al carbón “…Ahora bien, es importante mencionar que este tributo solamente aplica para el consumo interno, y dentro de su base gravable no se incluye el carbón destinado a la exportación. En todo caso, considerando las dificultades que se presentarían en relación con la sustitución de este insumo en el proceso de generación de energía eléctrica en las termoeléctricas del país, y en aras de evitar efectos indeseados sobre el sector de generación y distribución de energía eléctrica a nivel nacional, esta modificación se realizará de manera gradual en los próximos 4 años de la siguiente manera:

Es decir que desde el 2028 aumentará en un 100% el costo del carbón internamente en Colombia, a pesar de toda la situación de escases nacional y que está afectando las termoeléctricas, lo que en ultima se traducirá en el deterioro de la seguridad energética del país.  Ante tan circunstancia me remito a tomar las palabras de Alejandro Castañeda al decir que “el carbón es fundamental para la diversificación, confiabilidad y competitividad del sistema eléctrico, especialmente en el marco de las políticas de transición energética que ha promovido el Gobierno de Colombia, donde este mineral será importante para evaluar la adopción de nuevas tecnologías que permitan darle un uso sostenible futuro”.  En ese sentido en un contexto de transición energética deben venir inversiones en nuevas tecnologías, como las de captura de carbono, las cuales permiten seguir usando infraestructura de plantas térmicas sin afectar el ambiente, como lo está haciendo Estados Unidos y China.

Sin embargo, toda esta tormenta es una mampara bajo el manto de una estrategia de transición energética mediante la descarbonización de la economía e implementación del uso de energías más limpias que niega la necesidad de mirar que la transición energética debe considerar tres tipos de transiciones: energética; la productiva y de financiación regional; y la macroeconómica y fiscal. Debido a que medidas como estas y la que anuncio la ministra de minas de no explorar de gas, sin un minino de estudio de las consecuencias, son un salto al vacío en la transición energética, que afecta la producción de las empresas, los ciudadanos de a pie, el empleo y las finanzas públicas de nuestro país.

Por último y tratando de entender a este gobierno y la coherencia de todas sus políticas, creo que es necesario traer a colación la propuesta que para el sector ganadero se está generando, que buscan evitar las exportaciones para que los precios de las carnes bajen de en Colombia (Decisión inapropiada por la generación de empleo, fiscal y macroencomica), pero que al mismo tiempo no intente mantener el mismo espíritu, ante los escases interno del carbón  como materia prima para la generación de energía y equivocadamente establezca un impuesto que atropellará la industria de las térmicas y que al final termine afectando el aumento del precio de la bolsa energética, generando inseguridad energética, perturbando las tarifas de energía para los ciudadanos y aumentando los costó de producción de empresas como ladrilleras, cementeras y papeleras sin hacer una transición responsable.

 

Comentarios

  1. La Region caribe, una de las damnificadas con los gravamenes a la energia de la Termoelectricas, aspecto que tambien señala Aurelio Suarez en su analisis de la Reforma tributsria

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Actualizaciones

¿Vigilantes de parques o frentes de seguridad urbanos?

Sincelejo se vuelve nuevamente tendencia nacional, no precisamente por ser ejemplo en estrategias de desarrollo territorial y generación de oportunidades. Una de las razones de esta notoriedad negativa es la reciente decisión de la alcaldía de Sincelejo de contratar una empresa de vigilancia privada por un valor cercano a los 25 mil millones de pesos para "vigilancia y seguridad de los bienes y espacios a cargo de la alcaldía". Los videos e imágenes difundidos por la alcaldía y sus medios aliados muestran un grupo de exmilitares armados junto a motocicletas de alto cilindraje, lo que los hace parecer un grupo antimotines o agentes del GAULA con sus trajes y chalecos negros. Según el alcalde, esta medida busca mejorar la percepción de seguridad y funcionar como una red de apoyo para la Policía Nacional. Sin embargo, el hecho de que estén armados, se desplacen en motos por la ciudad y sean llamados “frentes de seguridad” por el propio alcalde, genera inquietudes sobre las verda