Por: Stiven Vitola Zambrano – Economista, Magister en Administración de Empresas, Docente Universitario.
En la base de un volcán sagrado en un rincón aislado
del Pacífico Sur, los jóvenes tocan el “Star Spangled Banner” en flautas de
bambú. Cada febrero
desfilan con viejos uniformes del ejército estadounidense con armas de madera. Otros
van a pecho descubierto con las letras “USA” pintadas en rojo brillante en sus
cuerpos.
Dawkins, Richard (2007), en su libro «Las raíces de la religión», analiza como en la isla en la década de 1.940 en Tanna, en el archipiélago de Vanuatu, luego de que tropas estadounidenses desembarcaran y utilizaran la isla como base militar, llevando consigo armamento, uniformes, tanques, refrigeradores, medicamentos, infraestructura y medicamentos para el ejército. Cuando se acabó la guerra se fueron y se llevaron todo y sus habitantes anonadados de las grandezas occidentales optaron en divinizar a través de festividades estereotipando en maquetas toda la tecnología y utensilios de occidente. Todo esto lleva a cuestionar por qué razón estos en vez de tratar de acercarse a igualar o acercarse a occidente y tratar de dominar esa tecnología, cultura, ciencia y homologar los cargamentos traídos solo se quedaron con la representación de lo que otrora vieron con asombro.
Sucre tiene rasgos del mito del cargo; por ejemplo, Tolú un municipio de los más antiguos de Colombia y al igual que Cartagena eran una puerta de entrada para el tráfico de negros requeridos en la explotación minera y agrícola; sin embargo, Cartagena marca un progreso sustancial respecto a Tolú, al crear un puerto e infraestructura competitiva, aprovechando el transporte marítimo el cual representa el 98% para el comercio del mundo, algo que en Sucre solo ven como un sueño imposible de emular, aunque cause asombro por la poca distancia.
Sincelejo tuvo un proyecto de aeropuerto; territorios luego invadidos en lo que hoy es el popular barrio de Camilo Torres y en ese momento, igual que ahora, no se ha tenido una visión estratégica de lo que representa un aeropuerto para la economía de la capital del departamento, en estos momentos solo quedan fotos, remembranzas de lo que pudo representar para el progreso de la ciudad. Algo similar sucede con el sistema de transporte urbano; se recuerda con nostalgia lo que representó para la ciudad de Sincelejo, el recorrido que hacían las busetas con rutas dentro de la ciudad, insuficientes, pero mostraban un ambiente urbano, que poco a poco fue cediendo el paso al transporte informal del mototaxismo, el cual se toma la plaza y suple de manera definitiva al servicio de buses y busetas ante la postura negligente de gobernantes sin visión, aquellos que no implementaron sistemas subsidiados de transporte urbano como ocurre en la mayoría de ciudades del mundo, aquellas cuyos dirigentes comprenden el carácter estratégico que tiene este servicio para la economía.
Nuestro departamento construyó entre 1.919 y 1.923 la primera empresa frigorífica de Colombia “Packing House de Coveñas”, con la finalidad de exportar carne de ganado a los mercados europeos. Nuestras tierras producían riqueza, lo que dio paso a la aparición de importantes casas de comercio como la de “Vergara, García & Samudio”, así también se constituyó El Banco Nacional de las Sabanas, el cual llegó a tener un capital suscrito superior al del Banco Comercial de Barranquilla y al del Banco Comercial de Cartagena.
Sucre contaba con empresas en el sector textil,
calzado en la década de los 80’s, confecciones. Las calles de Sincelejo no
estaban llenas de tanta informalidad como ahora, pero se han ido perdiendo
empresas y empleos por la falta de un ecosistema empresarial y un apoyo estatal
al sector privado, algo inherente a nuestra economía dependiente y más ahora
con el Modelo de Desarrollo actual.
Hoy
nos sorprende una noticia en ese mismo sentido; en las redes sociales hay
consternación por la negociación de la Gobernación de Sucre con Bavaria para la
producción de cerveza, en detrimento de una empresa local OP BEER COMPANY, la
cual hace cuatro (4) años había creado la primera cerveza de yuca
artesanal del país y fue símbolo de innovación para los emprendedores. Hay
posiciones encontradas; quienes consideran que la propiedad intelectual de la
cerveza empresa sucreña debió protegerse, no dejar el camino fácil para que
otra empresa elaborara un producto similar, sin diferencias claras del mismo;
otros consideran que es una oportunidad para hacer marketing a partir de la
situación y vender el producto a más personas en el mercado de mayor poder
adquisitivo, posiciones que hay que tener en cuenta aunque hay que advertir que
ninguna de las dos (2) tienen en cuenta la variable del valor agregado (en
el cual Sincelejo al año 2016 contaba con un índice de valor agregado de 8,2
miles de millones de pesos/km2, muy por debajo del promedio de las capitales a
nivel nacional), como consideración para la visión estratégica de la
economía del departamento por parte de la gobernación.
La
agricultura es parte del sector primario de la economía, caracterizada en
nuestro país por tener gran producción con pésimos ingresos; en esta actividad,
por ejemplo, en el negocio con Bavaria se comprarán entre Sucre y Córdoba 3.811
toneladas de yuca amarga, donde cada tonelada tiene un ínfimo valor, entre los
230 mil y 330 mil pesos. Por otra parte, la empresa de cerveza artesanal es una
empresa industrial, cuyos ingresos y salarios serán siempre más elevados que
los de nuestro tipo de agricultura; hasta el momento esta empresa empleaba cinco
(5) trabajadores, con una demanda muy local y regional, pero creciente y
promisoria por las innovaciones constantes de esta industria, lo que agrega
valor a sus productos. Considero que los coterráneos se equivocaron al no
generar protección de propiedad intelectual de sus productos, pero el punto
aquí es que, sin contradicción con la máxima libertad de mercado, la
administración debe actuar con inteligencia estratégica, precisamente para
expandir las fronteras del mercado y construir una economía competitiva
mediante la introducción sistemática, con soporte público, de nuevas
tecnologías disruptivas y productos innovadores. En ese sentido considero que
el gobernador de Sucre tenía que gestionar la patente del producto de yuca y
negociar la licencia de uso con la empresa Bavaria de tal forma que los
agricultores en Sucre ganaran ante la gran demanda de la cerveza industrial, al
tiempo que se financiaba la empresa industrial local por el usufructo de los
derechos patrimoniales de la innovación con la yuca.
Por el contrario, la decisión tomada constituye la continuidad, seguir postergando acariciar el progreso y mantener a Sucre en el sector primario de la economía, como comúnmente vemos aquí; cuando por ejemplo exportamos mango y nos venden la compota con mucho mayor valor. Como gobernante entonces, se debe cumplir con la función pública de ser un Estado emprendedor, que direccione estratégicamente la economía a sectores con más valor y postergar a otro momento la gratificación, porque en esta ocasión puede constituir la muerte empresarial para OP BEER COMPANY.
Ojalá que esta miope decisión no nos obligue en un futuro, a recordarla nostálgicamente con fotos como los ejemplos dados anteriormente de Sucre y seguir sufriendo del mito del cargo como en la isla de TANNA.
Excelente análisis, ojala esta mirada la tengan los pulpos y los pulpitos que están surgiendo, se darían cuenta que el negocio esta donde todos ganamos, incentivando las iniciativas, no castigándolas, generando desconfianza y fuga de ideas.
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