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LAS INDUSTRIAS CREATIVAS Y CULTURALES COMO GENERADORAS DE BIENESTAR SOCIAL Y DESARROLLO ECONÓMICO EN SUCRE


Por: María Andrea Zafra Villalba – Docente de la Licenciatura en Lenguas Extranjeras, Traductora e Intérprete. Magíster (c) en Gestión Cultural y Creativa de la Universidad Sergio Arboleda, Bogotá.


“La creatividad desvanece cuando no existen posibilidades y muere cuando se limita la libertad o el desarrollo de las ideas.”

Juan Carlos Camacho Castellanos

Colombia es un país lleno de diversidad cultural que permite que hayan abundantes empresas, proyectos de emprendimiento y eventos que impulsan la economía a través de las industrias culturales y creativas, en algunas regiones la industria creativa y cultural es reconocida y apoyada nacional e internacionalmente, sin embargo en otras regiones, de estas industrias no se tiene ni siquiera un conocimiento básico de que son y para qué sirven.

Las industrias creativas y culturales son un motor para el desarrollo económico y social de las comunidades dado que atraen inversión, generan empleos, fortalecen la identidad, son dinámicas, son amables con el medio ambiente, etc.  (Gonzalez Velez, 2013) En este orden de ideas las ICC también pueden ser reconocidas como el epitome de una economía inclusiva, es decir que está abierta para todos sin distinción, a pesar de ello, en nuestro país de mariposas amarillas el apoyo a todos estos emprendimientos basados en ICC se encuentra muy diluido debido al proceso lento de adaptación que tiene esta industria en las regiones más desfavorecidas, azotadas por la guerra, el desempleo y muy especialmente por la corrupción que es la palabra cúspide que encierra todo el atraso económico en estas regiones.

En regiones como Sucre, Córdoba e incluso Bolívar existen un sin número de pequeños emprendimientos culturales como grupos musicales, centros de formación artística, oficina de diseños y teatros independientes que trabajan con uñas y dientes para poder ser reconocidos, generar empleo y contribuir así con el desarrollo económico de sus departamentos, muy a pesar de su esfuerzo, hay un profundo sentimiento de exclusión por parte del gobierno y su política pública de economía naranja que solo se centra en las ciudades capitales como Bogotá, Medellín y Cali.

El apoyo a las ICC de estas ciudades es sin duda más importante para el impulso de esta economía por sus profundas diferencias en población, la demanda en cada ciudad capital y sus muchas grandes empresas multinacionales como la tv, la radio, la prensa, productores de contenido y distintos servicios para nuevos sectores pero ¿Qué pasa con las regiones olvidadas por el gobierno? ¿Acaso estas regiones no pueden representar, así mismo, un potencial productivo que genere desarrollo pero de igual manera transformación a las comunidades que viven y luchan dentro de estas?

La capital del país es sin duda el centro de oportunidades para los emprendedores y sus proyectos, ya que es en Bogotá en donde el apoyo a las ICC es mucho más visible y está demostrado que en términos de ICC la capital contribuye al aumento del PIB del país. No obstante, en Sucre por ejemplo, el apoyo a los artistas y sus proyectos culturales para y por la región no son considerados de utilidad para el crecimiento económico, una mentalidad que necesita ser cambiada ya que queda demostrado que las ICC aportan indudablemente al generar bienes y servicios que permitan ser comercializados y así poder incrementar la economía.

En el departamento de Sucre se necesita visibilizar más, crear capacitaciones con relación a las líneas de acción, políticas de emprendimiento cultural, formación, circulación, acceso y financiación. De igual manera, impulsar mucho más el gran poder de abrir espacio a las ICC, ya que, en la ciudad de Sincelejo, el ser artista es sinónimo de ser inestable económicamente, un hippie que no se preocupa y que vive solamente del arte de las tradiciones, o sea de nada.

En Sincelejo hay varios proyectos creativos que apoyan la tradición y memoria de nuestra idiosincrasia y cultura, pero que como se expresó anteriormente, nuestros gobernantes no consideran que aporte en lo absoluto al crecimiento económico de la región, a pesar de que existen convocatorias como el Portafolio de estímulos CON FIN ARTES  que brindan un cierto apoyo a estos proyectos, pero son apoyos tan invisibles que el público y la población en general ni reconocen, debido a que no son lo suficientemente reproducidos, solo unos cuantos se enteran y luego quedan nuevamente olvidados, precisamente eso es lo que se necesita mejorar en el departamento. Además, es importante ampliar y acompañar al sector creativo en el departamento, ya que la inversión para la cultura es relativamente baja, de tal manera que se logre ver ese crecimiento económico que tanto les urge a nuestros dirigentes para poder así jactarse de la maravilla de lo que es y hace la economía naranja en una comunidad.

Finalmente, así mismo como lo comentó Germán Rey en su valioso articulo El Sabor de las naranjas (o la preocupación de que resulten agrias), se necesita además de trabajar desde un contexto económico, trabajar en un contexto con un enfoque de desarrollo humano en donde no solamente se busque el crecimiento económico sino también todos esos proyectos creativos sin interés comercial en donde se generen espacios de memoria, de tradición, de apoyo al pueblo y que además de incrementar el desarrollo económico, se logren transformar las comunidades en regiones como Sucre, labor que no solo es por parte de nuestros dirigentes regionales si no del mismo gobierno que necesita reconsiderar el concepto de economía naranja como una economía inclusiva, que también brinde como derecho fundamental los beneficios de este modelo económico a todos los sectores de las regiones olvidadas, que esencialmente sea por esa libertad creativa de la cual se fundamentan las ICC y su libre expresión del talento que se promueva un cambio positivo para el progreso y desarrollo económico del país. Sin duda alguna, las ICC se necesitan regionalizar para generar valor, un valor que se incluye en el bienestar que genera en la sociedad a través del progreso pero también a través de la cultura misma y la creatividad de sus habitantes.

Referencias

  • González Vélez, E. El ecosistema de las industrias culturales en Colombia. (2013).
  • Ávila, V et Vargas, M. Análisis de las industrias culturales y creativas en el crecimiento económico de la ciudad de Bogotá durante los años 2010-2016. (2018).
  • Rey, G. El sabor de las naranjas (o la preocupación de que resulten agrias). (2019).
  • Camacho, J. ¿Economía naranja, una moda pasajera? (2019).

Comentarios

  1. Me quedó algo, lo que para mi es lo mas importante para el desarrollo de una sociedad y lo comparto con el anterior texto "la parte humana". En ella se abarca uno de los principales ejes para un verdadero desarrollo en todos los campos.

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  2. Interesante columna, estoy de acuerdo que el plan de gobierno nacional debe implementar políticas públicas culturales con el fin de financiar estos pequeños proyectos de emprendimiento, es cierto que está política de economía naranja está enfocada en las grandes ciudades, pero también existe un gran vacío con aquellas en donde el progreso es vano, en estos casos es ahí donde las respectivas entidades deberían llegar a intervenir con el debido apoyo financiero, para que se dé un progreso en esas pequeñas ciudades. Felicitaciones.

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