Por. Deison Luis Dimas Hoyos
He
notado últimamente que cuando ocurre un evento criminal en el departamento de Sucre
todos se preguntan ¿Y dónde está la Policía? o muy en el plano local se suele
aseverar -ellos solo sirven pa’ quitar
motos- y, aunque la fuerza pública es un actor clave en la gestión, manejo y
análisis de este conflicto, no todo el problema de la criminalidad recae sobre
las acciones que pueda o no hacer la Policía. Si bien la percepción que se
tiene sobre el aumento de la criminalidad suele asociarse al concepto de
seguridad, en el contexto actual, las causas sociales, históricas, económicas y
políticas del conflicto armado tienen mucha más incidencia en la escalada de homicidios
que se ha presenciado en los últimos años en el departamento.
En
desarrollo de lo anterior, el conflicto es social por la falta de oportunidades
y la incapacidad del Estado para dejar sin combustible a los grupos armados,
por combustible se entiende aquellas personas dedicadas al crimen o que tienen
vínculos con los grupos armados en algún eslabón de la cadena delictiva. Lo
social se combina con lo espacial, pues por lo general los territorios donde
acontecen más hechos criminales tienen asociado unas condiciones sociales
urbanas y rurales específicas que hacen que hacen del conflicto un residente habitual
generación tras generación.
Además,
el conflicto es económico porque existe un aparato productivo local precario e informal,
donde las rentas del narcotráfico ilegal permean en las actividades legales con
mucha facilidad, siendo socialmente aceptadas como un elemento más de la
dinámica económica y financiera local, de hecho, lavar dinero es más fácil que lavar la ropa, pues el agua en nuestros
pueblos llega cada 8 días.
De
igual manera, este conflicto tiene causas políticas porque la desidia se ha
hecho costumbre y porque existe la poca voluntad de las clases políticas del
departamento de cambiar el rumbo en materia de políticas públicas al servicio
de la vida en cada territorio - lo importante se ha reducido a pavimentar
calles, cortar las cintas, salir en la foto, sacar una tajada y salir con una
finca.
El
concepto de seguridad que ha primado es reactivo y no preventivo, las cámaras
se han convertido en un elemento de relleno para la sección de videos en las
redes sociales y las recompensas no movilizan el miedo, por ende, existe una
baja capacidad de respuesta para actuar con contundencia contra el crimen y
revertir la situación actual. Si bien existen capturas de cabecillas, mandos
medios y desarticulación de redes de apoyo, el crimen ha demostrado una mayor
capacidad de absorción social que el mismo Estado, permitiéndole a los grupos
armados encontrar remplazos muy rápidos o reincorporar al excapturado cuando procede el vencimiento de términos.
Ahora
bien, como sociedad nos falta mucho, sobre todo cambiar ese pensamiento
perverso de que una muerte violenta en algunos casos es justificable, - es que ese muchacho andaba en malos pasos.
En efecto, el sonar de las balas y la lectura de los obituarios judiciales de
los medios y las redes sociales, se han convertido en un elemento común de
nuestro vivir y en una acostumbrada conversación más a la hora del desayuno,
que si a alias don nadie lo asesinaron era porque no tenía buena pinta y tenia
malas amistades, pero este mismo hecho se transforma en rabia e indignación, cuando
el don nadie es un conocido o un familiar. A veces la diferencia es un alias.
Bajo
este contexto, el departamento de Sucre al corte del día 04 de julio llegó al
rimbombante registro de los 100 homicidios en este año, cifra que, más allá de
un mayúsculo titular de prensa o de una crónica amarillista, a algunos los preocupará,
a otros ni les sonará y, bajo esa rutina y anomia ante los hechos, el registro seguirá
aumentado infortunadamente. Estos son los casos a escala municipal.
Tabla. Homicidios
en Sucre por municipios. 2022
Ciudad |
Hombre |
Mujer |
Total |
Sincelejo |
41 |
1 |
42 |
San Marcos |
9 |
9 |
|
San Onofre |
6 |
1 |
7 |
Sampués |
6 |
6 |
|
Guaranda |
4 |
1 |
5 |
Corozal |
4 |
4 |
|
Colosó |
2 |
1 |
3 |
El Roble |
3 |
3 |
|
Santiago de Tolú |
2 |
1 |
3 |
Majagual |
2 |
1 |
3 |
Ovejas |
3 |
3 |
|
Sincé |
1 |
1 |
2 |
Sucre |
2 |
2 |
|
San Benito Abad |
2 |
2 |
|
Coveñas |
2 |
2 |
|
San Pedro |
2 |
2 |
|
Morroa |
1 |
1 |
|
Galeras |
1 |
1 |
|
Total general |
91 |
9 |
100 |
Fuente. Deison Dimas. Elaboración propia
Los
homicidios se han concentrado netamente en la capital de Sucre, así como, en el
golfo por los casos de San Onofre, en la subregión de sabanas en Sampués, y al
sur del departamento por los hechos en San Marcos y Guaranda. En general, el
incremento de la criminalidad se debe a la presencia de actores armados como el
clan del golfo- Subestructura “Uldar Cardona Rueda” que opera en la Mojana y al
sur del departamento y la subestructura Manuel José Gaitán que opera en las
sabanas y el golfo del Morrosquillo. A esto se le suma una proliferación de
estructuras urbanas dedicas al crimen, en especial al tráfico de drogas en las
zonas urbanas y rurales de cada municipio, al hurto de automotores, hurto
personal y el abigeato.
A
nivel general, el 83% de los casos se han perpetrado con arma de fuego, en el
77% fueron hechos sicariales, el 65%
de los homicidios sucede en una calle o vía pública, el 70% de los eventos
homicidas suceden en horas de la tarde y la noche y, haciendo un análisis de
las notas de prensa, alrededor del 54% de las víctimas tenía antecedentes
judiciales.
En
Sincelejo se han presentado 42 homicidios, concentrados un 19% de los casos en
la comuna 9 (zona sur) y otro 19% en la comuna 6 (zona norte). En la
comuna 6 los barrios más afectados son Cielo Azul, Altos del Rosario, Botero,
San Luis y Tierragrata. Por su parte, en la comuna 9 los barrios más afectados
son La Trinidad, El Verbel, El Progreso, Costa Azul y La Mano de Dios. La
anatomía geográfica de los homicidios en la ciudad año tras año es la misma,
incluso, con mayor madurez y degradación social.
El
dato de antecedentes judiciales es para analizar, pues esta cifra en la ciudad
de Sincelejo, territorio con más homicidios en el departamento, indica que 7 de
cada 10 víctimas de homicidio en este primer semestre del año presentaba por lo
menos una anotación por antecedentes judiciales. De hecho, en el análisis de
delitos asociados a estos antecedentes judiciales están el hurto personal y
calificado, el microtráfico, porte ilegal de armas y concierto para delinquir.
En
este primer semestre el departamento sobrevivido a un paro armado y está en
alerta actual por un plan pistola contra las autoridades, el cual ha dejado algunos
policías muertos en el país y algunos uniformados heridos a escala local. Estos
hechos dejan en evidencia el ejercicio de autoridad que hacen los grupos
armados en muchas regiones, y eso, más que evidenciar una verdad revelada, debe
convertirse en el principal motivo para cambiar el rumbo político, de las
políticas sociales y de justicia territorial en el departamento.
En
efecto, para cambiar esta tendencia homicida se necesitan abordar cambios en
muchos aspectos, sociales, educativos, territoriales, políticos y clave, actuar
sobre un diagnóstico real de lo que sucede en el departamento. Ahora bien, a
modo de reflexión, ustedes se han puesto a pensar, para el caso que aplique y
más allá de la indignación, ¿Qué será de la vida de los hijos de estas víctimas?
¿Cuál será su futuro? ¿Qué sociedad los acoge?
Comentarios
Publicar un comentario