Por: Carlos Pérez Domínguez
Durante la instalación de las sesiones
extraordinarias en la Asamblea Departamental, el gobernador de Sucre, Héctor
Olimpo Espinosa, lanzó unas acusaciones de suma gravedad, al sostener que en
nuestro departamento habría políticos actuando en connivencia con grupos
irregulares como el Clan del Golfo.
“No podemos patrocinar que algunos compañeros
nuestros del ejercicio político tengan contacto con esos bandidos. Eso no
podemos patrocinarlo, eso merece el rechazo de todos nosotros. No podemos pasar
de la Farc-política a
la parapolítica y
después a la bacrimpolítica.
No podemos entrar en esa nueva dinámica”, puntualizó Espinosa.
Las palabras del gobernador llegan en medio de la
crisis de seguridad desatada por el paro armado decretado por las Autodefensas
Gaitanistas de Colombia (Clan del Golfo) que paralizó la actividad comercial y
académica durante varios días en Sucre y otros 10 departamentos del país. Una
situación “inédita” en palabras del propio mandatario, pero que, según Rodrigo
Ramírez, Defensor de Derechos Humanos, no es más que la “materialización de los
riegos que se habían advertidos”.
En declaraciones al programa radial Micrófono
Abierto, Ramírez sostuvo que desde 2018 líderes sociales y la misma comunidad
vienen denunciando el fortalecimiento del Clan del Golfo en territorios como
Montes de María y que las autoridades en el departamento han “desestimado las
advertencias no sólo de los defensores y las comunidades, sino también de la
misma Defensoría del Pueblo y sus informes de riesgos”.
En medio de esta coyuntura ha sido inevitable no
rememorar el oscuro pasado que en materia de seguridad envolvió por muchos años
al departamento y que fue orquestado por una parte de la clase política local. De
ahí el grado de relevancia que adoptan las palabras del gobernador al hacer
mención de la Bacrimpolítica.
Y si bien, este no es un concepto nuevo, pues
desde 2013 la Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía tienen abiertas
investigaciones por presuntos nexos entre políticos y bandas criminales (de lo
que Sucre no ha escapado) sí es necesario que, como señala el gobernador
Espinosa, haya un rechazo genuino y generalizado ante la posibilidad de que la Bacrimpolítica
se tome a Sucre.
No se nos puede olvidar el grado de penetración que
alcanzó la Parapolítica en nuestro departamento: más de 35 políticos entre
gobernadores, senadores, representantes a la Cámara, alcaldes, concejales y
diputados, han sido procesados por tener relaciones directas con grupos de
autodefensa.
El gobernador no dio nombres ni cuantificó el número
de políticos que estarían aliados con las bandas criminales, ojalá esos datos
sí los tengan los órganos de control y esté actuando para judicializarlos.
Comentarios
Publicar un comentario